SAFIR HIPOPRESIVOS

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La técnica consiste en iniciar un buen control respiratorio que debe ser abdomino-diafragmático, debido a que con ello conseguimos muchas ventajas ya de inicio, como sería una mayor ventilación pulmonar, mayor perfusión de oxígeno en sangre, menor gasto energético en la respiración ya que no se necesitaría musculatura accesoria respiratoria (como ECM, escalenos, pectoral) y relajación generalizada del cuerpo. 

Además, dicha gimnasia asienta una buena base postural, por aquello de facilitar la respiración a través de la correcta colocación de la columna, parrilla costal y pelvis (grosso modo), todo ello muy ligado al correcto movimiento de la caja torácica durante la respiración. Ésta técnica estaría incompleta si no tenemos en cuenta nuestro sistema nervioso y su correcta memorización sobre la ejecución óptima de los ejercicios, no sin antes enfatizar en las sensaciones que percibe el paciente y los estímulos propioceptores que le ofrecemos. 

Partiendo de ésta base y una vez conseguida una reeducación respiratoria y una colocación postural favorecedora, la técnica continua con respiraciones lentas y profundas abdomino-diafragmáticas, hasta que se realiza una espiración larga, posteriormente una apnea y finalmente dirigir la orden a tu cerebro de inspirar pero sin hacerlo, intentando abrir la parrilla costal. Difícil, ¿no? Lo curioso es que al realizar ésta orden, la barriga se te mete hacia dentro, generando una hipopresión o sensación de succión hacia tu esternón. Intentamos aguantar con esa succión y recuperamos de nuevo con respiración abdomino-diafragmática lenta y profunda. 

Justo en el momento que vamos a realizar dicha succión, no se nos debe olvidar dar la orden de contracción de serratos (por su inserción costal) que ayudarán a acabar de abrir las costillas y favorecer toda la contracción refleja de la faja abdominal y el suelo pélvico. 

Por eso la importancia de la diferencia entre meter tripa e hipopresivo. 

A partir de ésta técnica, ya se pueden combinar varias posturas, material para estimular aferencias, estiramiento global de la cadena muscular posterior, etc. Todo encaminado a disminuir la presión intraabdominal, un mayor control de la respiración, una reeducación postural y sobre todo, un beneficio para la musculatura del suelo pélvico en general.

 

¿Porqué queremos trabajar de forma refleja y no voluntaria? 

Se trabaja de dicha manera para ejercitar la musculatura postural tónica, la que mantenemos en contracción de forma involuntaria (en éste caso la que sustenta las vísceras), y ella es inervada por las motoneuronas gamma. Por tanto, necesitamos trabajar de forma refleja para poder ejercer dicha contracción y formar una buena faja abdominal tónica que sustente nuestras vísceras ante la presión de la gravedad. De todo ello, se verá beneficiada la musculatura del suelo pélvico, puesto que eliminará cierta carga o presión que ejercen las vísceras, además verse reforzada por la contracción de los abdominales tónicos (pequeña cadena muscular abdominal-suelo pélvico).

 

¿Por qué trabajo abdominal hipopresivo y no los ejercicios de toda la vida? 

Para realizar los ejercicios abdominales considerados “de toda la vida” se necesita mucha fuerza para flexionar el tronco, y al ejercer la contracción abdominal, se genera una presión elevada desplazando las vísceras hacia la parte caudal, donde son sustentadas por los músculos del suelo pélvico, hecho que si además ellos están debilitados, pueden llegar a ceder formándose los ya conocidos prolapsos.

Además, observamos que para realizar una flexión de tronco (ejercicio abdominal clásico) se necesita una musculatura abdominal voluntaria inervada por motoneurona alpha. Realmente sería todo lo contrario a lo que se necesita para mantener un buen tono postural en reposo y un correcto sustento para las vísceras, si bien recordamos que de ello se encargaban los abdominales posturales o tónicos.